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Introducción a la hidrosfera


La hidrosfera es una de las capas fluidas que envuelven la Tierra. Está formada por agua líquida, aunque también se incluye al hielo como componente sólido y a las nubes como emulsiones de pequeñas gotitas de agua o cristalitos de hielo. El vapor de agua presente en la atmósfera está en equilibrio con los depósitos superficiales y atmosféricos de la hidrosfera y su cantidad depende de la temperatura terrestre. El agua contribuye a regular el clima del planeta por su gran capacidad de almacenar energía, modela su superficie con los efectos de los agentes geológicos, diluye los contaminantes y es esencial para los seres vivos. Constituye un recurso imprescindible para la agricultura, la industria, la generación de energía eléctrica, el transporte, la higiene, etc.

En un futuro no muy lejano el agua se utilizará para la obtención de hidrógeno a gran escala, gas que a su vez será una de las fuentes energéticas esenciales para el desarrollo y el progreso del planeta. La energía eléctrica, que sólo podía almacenarse en pequeñas cantidades en pilas o en condensadores, podrá utilizarse en la obtención de hidrógeno, el cual constituirá un reservorio energético de capital importancia y un tipo de energía limpia y no contaminante.

La contaminación de la hidrosfera afecta a las precipitaciones, a las aguas superficiales, a las subterráneas y como consecuencia degrada los ecosistemas naturales.

El crecimiento de la población y la expansión de sus actividades económicas están presionando negativamente a los ecosistemas de las aguas costeras, los ríos, los lagos, los humedales y los acuíferos.
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